¡Hola, chicos!
Les dejamos un material de estudio que les va a resultar de mucha utilidad para repasar algunos conceptos. ¡Aprovéchenlo!
Cariños,
Prof. Nazarena Martínez y Prof. Maximiliano Lezcano.
Les dejamos un material de estudio que les va a resultar de mucha utilidad para repasar algunos conceptos. ¡Aprovéchenlo!
Cariños,
Prof. Nazarena Martínez y Prof. Maximiliano Lezcano.
¿Cuál
es la diferencia entre lengua, lenguaje y habla?
Aún
persiste la confusión de creer que estos tres conceptos se refieren a lo mismo,
y más preocupante es, cuando se observa en el mercado de los libros;
ya que todavía aparecen muchos con el título de Lenguaje, aunque su contenido en realidad se refiere a la lengua o a la gramática.
El lenguaje es la facultad que sólo poseen
los humanos y que les permite aprender lenguas. La lengua es un conjunto de símbolos o sistema abstracto cuya
principal función es la comunicación. El habla
es la concretización de la lengua y a diferencia de ésta no es social, sino
individual.
A continuación
veremos cuáles son las características que distinguen a cada uno.
Lengua:
Es el sistema general de signos organizados, cuya función principal es la
comunicación. Las características esenciales de la lengua son: ser social, abstracta, convencional y
lineal.
Son los
hablantes quienes les dan vida a la lengua, por esta razón, cuando se deja de
hablar (o se habla muy poco) una lengua se dice que es “una lengua muerta”.
Además, la lengua se va modificando conforme los hablantes hacen uso de ella.
Habla:
Es la forma particular en que cada persona se comunica. Viene a ser la
concretización de la lengua. Sus dos características fundamentales son: ser individual y concreta.
Esta
instancia individual en la comunicación recibe diversos nombres: habla,
discurso, acto de habla, cadena hablada y lengua producida.
Lenguaje:
Es la facultad exclusivamente humana, que nos permite aprender una o más
lenguas. Sus características son: ser fisiológico
y psicológico.
El
signo lingüístico
Es una
realidad que puede ser percibida por el ser humano mediante los sentidos y que
remite a imaginar otra realidad que no está presente. Es una construcción
social que funciona dentro de un sistema lingüístico y que pone un
"elemento" en lugar de otro. Como sistema, tiene la capacidad de
aplicarse a sí mismo y de explicar los demás sistemas de signos.
El signo lingüístico fue abordado por dos
autores diferentes, por un lado Ferdinand de Saussure y por el otro Charles S. Peirce, quienes a finales del siglo XIX
desarrollaron sus estudios en los cuales abordaron un mismo fenómeno. Si se
tiene en cuenta al signo desde la perspectiva del estudio de F. Saussure, este
establece un signo compuesto de dos caras biplánico:
un significado, que es el concepto,
archivado en la mente de los hablantes de la lengua; y un significante, que es la imagen acústica, la huella psíquica que
deja en nuestro cerebro.
Características
principales del signo lingüístico
Arbitrariedad:
hace referencia a que el signo es arbitrario en el sentido que la unión entre
el significado y el significante es inmotivada, es decir, puramente
convencional. El significado puede estar asociado a cualquier nombre y por lo
tanto no existe un nexo natural entre ellos.
Carácter
lineal del significante: los elementos del significante lingüístico se
presentan uno tras otro formando una cadena ya que el significante se
desenvuelve en el tiempo únicamente y tiene los caracteres que toma de éste.
Mutabilidad
e Inmutabilidad: la Inmutabilidad
se refiere a que un significante es elegido libremente con relación a la idea
que representa pero impuesto con relación a la comunidad lingüística que lo
usa. Por otro lado, se refiere a la Mutabilidad
del signo, es decir, a un cambio o alteración del mismo ya que éste se continúa
en el tiempo, la cual siempre conduce a un desplazamiento de la relación entre
el significado y el significante.
Los siete principios,
criterios o estándares de la "textualidad"
Establecen la diferencia entre lo
que es texto y lo que no. Todo usuario de la lengua tiene la capacidad
de percibir que existen textos que presentan irregularidades (en diversos
grados) y emite juicios respecto de ellos. Por lo tanto, todo texto bien
formado debe responder a características
específicas de organización, reglas
de textualización o normas textuales.
Un texto no
tiene sentido por sí mismo sino gracias a la interacción que se establece entre
el conocimiento presentado en ese texto y el conocimiento de mundo que tienen
los interlocutores o los usuarios del mismo. Esto es así, porque el texto no es
sólo un producto reducido a las nociones de coherencia
y cohesión, sino que está definido por distintos principios que
conforman lo que se denomina “textualidad”, es decir, aquello que hace que un
texto sea considerado como tal.
Cohesión. Expone que los elementos gramaticales que conforman la plataforma
textual están conectados de forma secuencial. Es la conexión que surge cuando la interpretación de un elemento del
texto depende de otro elemento dentro de éste mismo. Es una propiedad que
permite que el desarrollo lingüístico de un texto no presente repeticiones
innecesarias y no resulte confuso para el receptor. Es una característica de
todos los textos bien formados, consistente en que las diferentes frases están
conectadas entre sí mediante diversos procedimientos lingüísticos que permiten
que cada frase sea interpretada en relación con las demás.
Coherencia. Las estructuras gramaticales que plantean la superficie del texto, están
constituidos por conceptos y relaciones entre los mismos con carácter
subyacente a la plataforma textual. Éstos son relevantes en la comprensión del
texto. Es una propiedad de los textos
bien formados que permite concebirlos como entidades unitarias, de manera que
las diversas ideas secundarias aportan información relevante para llegar a la idea
principal, o tema, de forma que el lector pueda encontrar el significado global
del texto.
Intencionalidad. Corresponde a la actitud o tono que demuestra el autor o hablante con
respecto a los hechos comunicativos. Objetivo o meta que lograr en la emisión
de un mensaje. Significa que los autores
y hablantes deben tener la intención consciente de lograr objetivos específicos
con su mensaje y transmitir información o refutar una opinión.
Aceptabilidad. Implica la actitud del lector, receptor u oyente en relación a una serie
de acontecimientos comunicativos que constituyen un texto cohesionado y
coherente. Un texto es aceptable para un
determinado personaje si este recibe alguna importancia.
Informatividad. Es necesaria, porque un texto debe contener la información suficiente
donde hace referencia al contexto en el que se desarrolla. Un texto con alto
nivel de Informatividad promueve el beneficio cognitivo a sus lectores o
receptores.
Situacionalidad. Corresponde a los factores que hacen de un texto una estructura pertinente
o relevante dentro del contexto donde se desarrolló. Por otro lado,
determinadas palabras y expresiones pueden ser mejor entendidas en una
circunstancia o situación en específico.
Intertextualidad. Representa las relaciones que se plantean en cuanto a forma y
significado de una oración con las demás secuencias de oraciones que conforman
al texto. Factores
que hacen depender la utilización del texto del conocimiento que se tenga de
los anteriores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario